Ya llevamos un año completo preocupados por las consecuencias del COVID-19 y asombrados por la capacidad de transformar nuestro día a día. Si hace algún tiempo os dábamos consejos para cuidar de vuestro coche en situación de confinamiento, hoy queremos hablar de cómo esta crisis sanitaria ha cambiado la manera en que nos desplazamos y especialmente en qué ha afectado al mercado de los vehículos particulares.
El hecho es que la medida principal para evitar contagios consiste en distanciarse de otras personas sobre todo en espacios cerrados. Así, el transporte público no ha sido percibido como un lugar seguro en el que desplazarse.
En cambio, el uso de los vehículos particulares se ha percibido como una movilidad mucho más segura para los usuarios en sus desplazamientos habituales.
Los coches particulares y la pandemia en cifras
Los taxis y VTC han sufrido una disminución de un 29% de usuarios, según informe elaborado por Kantar, y en el resto del transporte público aún se deja notar más, y con un descenso del 46%.
Los desplazamientos en general han experimentado una disminución importante, ya que han bajado un 25% entre semana y un 65% los sábados y domingos. Como además el teletrabajo parece haber llegado para quedarse, es posible que los descensos, aunque no sean tan acusados, continúen siendo estando presentes.
En este contexto, los usuarios de medios de transporte públicos han pensado en soluciones y alternativas que les permitan seguir realizando sus desplazamientos y sentirse algo más seguros. Así, se han adquirido un 35% más de bicicletas y un 18% más de patinetes.
Además, muchos usuarios rescataron del olvido sus bicicletas y quisieron ponerlas a punto, como delató el desabastecimiento de piezas de repuesto en las primeras semanas de la desescalada.
En cuanto a los automóviles, nuestra especialidad, es interesante detenerse en observar qué ha ocurrido con el mercado de segunda mano y de vehículos nuevos.
Automóviles y crisis sanitaria
Para el sector del automóvil la pandemia ha supuesto una bajada de ventas importante (inevitable, cuando las soluciones sanitarias pasan por reducir la movilidad). En abril de 2020 las matriculaciones se redujeron en un impresionante 96,5%, y en mayo, con algo más de movilidad, en un 72,7%.
Hablamos de un sector económico de gran importancia para nuestro país, por lo que esta bajada de cifras es importante. Por ejemplo, BMW bajó aproximadamente un 7,9% sus ventas en 2020 con respecto al año anterior.
No hay que perder de vista que los indicadores de ventas de automóviles suelen ser un buen reflejo de la situación económica de un país, por lo que estar pendiente de estas cifras puede aportarnos más información económica de la que imaginamos.
Los países de nuestro entorno obviamente también vieron descensos acusados en sus ventas de vehículos particulares (automóviles). En Reino Unido prácticamente descendieron un 30%, mientras que Italia y Francia superan ambas una bajada del 25% en el pasado año.
Obviamente esta bajada en las ventas tiene su reflejo en la fabricación de vehículos particulares, así que ha sido un año terrorífico para el sector.
La opción de los vehículos de segunda mano
Mientras los vehículos nuevos se quedaban sin salida, los vehículos de segunda mano lograban, tras el desconfinamiento, aumentar sus ventas en un 30%. Parece ser que el precio ha sido lo que ha primado por encima de todo en esta elección, puesto que incluso los vehículos particulares con más de 20 años de antigüedad han visto aumentada su demanda.
Así, de los coches vendidos en España tras el verano de 2020, una quinta parte eran de segunda mano.
En conclusión, a pesar de que las ventas de vehículos hayan disminuido considerablemente, el miedo a las aglomeraciones ha hecho que muchos ciudadanos que utilizaban el transporte público para realizar sus desplazamientos, hayan optado por la adquisición de un vehículo particular al proporcionarles mayor seguridad.
Quienes necesitan realizar desplazamientos urbanos, y probablemente movidos por la responsabilidad medioambiental, han optado por patinetes y bicicletas. Y quienes cubrían otro tipo de necesidades, como desplazamientos interurbanos, por ejemplo, han optado claramente por los vehículos de segunda mano. En parte, posiblemente, por la crisis económica que ha acompañado a la sanitaria.